Macías & Dimitri, Pepe Macías

Hasta los huevos (de paloma) de la Navidad

Epístola de José “Pepe” de Nazaret a los navideños

Texto de PEPE MACÍAS , viñeta de MACÍAS & DIMITRI

La navidad es una mierda. Y lo digo con conocimiento de causa porque en la primera de todas yo estuve ahí. En el papel de Padre Putativo del protagonista. ¿No os acordáis de mí? Había un portal, una mujer, un niño, una mula y dos seres con cuernos: el buey y yo.

Igual no me he levantado muy católico hoy pero no me hace ninguna gracia conmemorar la dichosa nochecita. Lo único peor que se me ocurre es que celebrárais el día que el Espíritu Santo y María quedaron para ir al cine juntos. “Es solo un amigo” me decía. Y yo me quedé en la oficina terminando una puerta de madera que me habían encargado. Si lo llego a saber, cojo la puerta y me voy.   

No me hace gracia. Por muchos adornos navideños que le pongáis, a nadie le gusta que le recuerden la cornamenta.

Y es que tampoco fue una noche de paz ni una noche de amor. Vosotros no estábais ahí. Empezaron a llegar pastores y gente del pueblo a adorar al niño… ¿A adorar? ¡A molestar! ¡Que son las tres de la mañana y queremos dormir! ¡Que mi mujer acaba de parir! ¡Sin epidural!

Y todos con lo mismo. “Se parece más a la madre que al padre”. Pues mejor, porque el padre es un zarza ardiendo y sería un jaleo ser el padrastro de la antorcha humana. 

Se corrió el rumor en el pueblo (los pueblos son así, ya sabéis) y empezaron a venir todos y se montó un belén de la hostia. Aquello era un establo humilde, para una familia y un par de animales. Haber avisado y quedamos en el palacio de Herodes que cabemos todo. ¡Y que se joda Herodes!

“Jose ¿tú no eres carpintero? ¿Por qué no nos haces unas sillas para que nos sentemos?” Porque el que hace milagros es el padre, no yo. Que haga aparecer unos sofás. “Háganse los sofás, y los sofás se hicieron”. Así también hago yo el mundo en seis días… Y me sobran 5.  

El padre no se ocupó nada del hijo en treinta años. Ni nos ayudó a pagar el colegio, ni a que tuviera un oficio… Luego dicen que hacía milagros. Milagros hice yo para sacar la familia adelante.

“Se nota que es el hijo de Dios” me dice una. Señora, es un bebé, son todos iguales. Pero claro, tampoco podía enviarlos a la mierda porque eran todos clientes potenciales y en aquella época se vivía bien de la carpintería. Aún no se había inventado IKEA y las mesas las tenía que entregar acabadas.

Y encima el niño no paraba de llorar. Mucho hijo de dios y mucha hostia pero parecía el anticristo. En su defensa diré que le habíamos puesto en un pajar y eso debe escocer. También estaban los pastores y la gente del pueblo, que como alguien había traído alcohol, empezaban a estar contentillos y se pusieron a cantar eso que llamáis villancicos. Que al que me diga que son bonitos solo le deseo que le entre un virus en el spotify y solo pueda escuchar eso. “Pero mira como beben los peces en el río.” ¿Cómo van a beber los peces en el río? ¡Se quedarían sin río! ¿Estamos tontos?     

Reyes no vinieron ninguno. Vinieron unos magos que empezaron a hacer juegos de cartas y trucos con relojes de oro, monedas de plata y uno negro con acento extranjero que repetía “mirra por aquí mirra por allá”. Y ni trajeron regalos ni nada. Es más, nos cobraron la actuación a María y a mí. Yo creo que era de esos que van por pueblos actuando en bodas, bautizos y comuniones. 

A mi Papá Noel me parece bien. Mientras más hablan de él más tranquilo me dejan a mí. 

La navidad es un engaño. ¿El árbol de navidad?  Yo no soy botánico pero por la zona nunca vi abetos de este estilo. Y menos con los frutos esos brillantes que parecen bolas. 

Si quieres celebrar la navidad como un católico, vete con tu hijo recién nacido a un establo a dormir con animales vivos. Y acostarse abrazado a una gamba no cuenta como pasar la noche con animales. Ni tu cuñado tampoco.

Cuando hagas eso y cada año la gente te recuerde la nochecita que pasaste y te digan “Feliz Navidad”. Ya me dirás tú si te parece feliz o prefieres celebrar el Ramadán.